para Jota

Caminamos rápido hasta el paradero, es invierno, esta garuando, hace frío, son las 11 de la noche y no hay un solo carro.
Tú caminas tranquilo, contándome una vez más lo molesta que puede llegar a ser la mamá de tu hija, contándome, y vanagloriándote, de tus últimos goles en el partido del fin de semana.

Tú y yo nunca debimos estar; tú y yo nunca debimos dejar de ser amigos, porque esto de ser follamigo, lo jodió todo, lo sabes bien, lo sé bien.

Yo sé que tú me quieres, no tanto como yo te quise a ti, pero me quieres.
Recuerdo tu cara adusta en la actividad de Gato; yo llevé al que tendría q ser tu reemplazo sentimental, y tu no aguantaste, y en medio de todos, me jalaste a un lado para decirme (controlando tu exaltación) que me quede, que despache a ese amigo de turno y que me quede contigo. Tu puedes salir con quien quieras, pero ahora quédate conmigo, deja que se vaya; me dijiste.
Estabas celoso, lo sé. Y cada vez que intentaba irme me detenías, hasta que te llamó esa, la p… esa, y aproveché, puse primera y arranque con mi amiguito de turno.

Al día siguiente en la chamba, todos nos jodían porque me habrías reprochado en público y todos se ganaron con el pase. Tú dijiste que fue por otra cosa, ¿y quien lo dudaría?, eres el cacherito del área, el que afana a todas las chicas; no pues, nadie.

Yo me enamoré de ti (“y qué”, como la canción), y nunca debí hacerlo, y esa noche caminando hacia el paradero con frío y tu abrazándome, te lo dije.

-Sabes, creo que me he enamorado de ti.
Y tú contestaste, mirándome a los ojos
-Estas hablando huevadas
-No. Yo te quiero-te dije, cual protagonista de telenovela mexicana
-Y yo también te quiero, pero solo como amigos-me contestaste muy suelto de huesos
-Los amigos no se acuestan juntos- te dije
-Pero eso solo es por divertirnos, yo te quiero y si tu quieres podemos seguir como hasta ahora, pero tienes que saber que yo solo me enamoro de mujeres- sentenciaste y con eso me mataste.

Yo no te dije nada, seguí caminando, tratando de forzar una sonrisa, y retener mis lagrimitas.

Ese día te odié.

Traté de alejarme de ti, pero no conseguí olvidarte, tu te enseriaste con la p… esa, y yo te hice el espectáculo más grande que toda la Av. Chimú haya presenciado desde su inauguración, apuesto que jamás olvidaras ese Día de Halloween.

Hoy te escribo porque siempre quise disculparme, porque después de todo éramos amigos, y nunca debí traicionarte, puedo echarle la culpa al alcohol, a mis celos enfermizos, a tu extrema conchudez de pretender de que me lleve bien con la mujer que me robo de tu lado, “solo porque nos quieres a los dos”, puedo echarle la culpa hasta a la luna llena, pero en realidad la culpa es mía.

Y por eso, por joder nuestra amistad te pido disculpas, porque además te extraño, como yo se que tu me extrañas.
Como sé que te dolió que te traicionara y si bien no me hablas desde esa vez, quiero decirte que a pesar del tiempo y de todo, te sigo queriendo amigo.

Hoy que es tu cumpleaños, espero que seas feliz estés con quien estés

Así sea con la p…esa.

atte.
Damian