El club de los humildes

Dame dos hostias y hazme ver
que estar aqui
es un milagro que se puede compartir 

Lo llamé, quedamos para ir al concierto de Libido, pero antes iríamos a comer algo a un restaurante por Pueblo Libre. Muy cerca de mi antigua universidad, un lugar que conocía pero que nunca había entrado, se notaba bastante aceptable.
.

Alonso conocía gente ahí, lo saludaron como quien saluda a un viejo conocido. Saliendo de ahí caminamos un poco y llegamos a una estación del metro. Esperamos unos de los buses que para esa hora ya venían llenos. Ahí apegaditos en medio de la gente, me le junte un poquito más de lo que debía. Con mi rostro llegaba a su cuello, demasiado como para que piense que es casual, no dijo nada. Es más creo que se acercó a mí.
.

Y así pegaditos, con nuestros cuerpos en pleno contacto frente a frente casi, mientras nos acariciábamos sin hacerlo, estuvimos todo el trayecto. Sin que nos importara lo que dijeran los demás.

Juntitos, casi abrazaditos, sus brazos largos, su barbita sin afeitar, mis ganas de abrazarlo ahí.

Cuando bajamos del metro, entramos al baño mientras nos lavábamos pensaba rápido, tenía que hacer algo, y aprovechando que no había nadie, me le acerqué lo suficiente y le di un beso.

Rápido, veloz, solo un roce, pero aun así, él retrocedió un poco, y uso su palmas para ponerlas en mmi pecho como apartándose, pero no del todo, luego se llevó una mano en los labios, movió la cabeza de lado a lado y se fue.
.

Y yo me quedé hecho mierda, pensando que la cagué.
-

Fin.

.

Pd: Si, es el mismo chico del post anterior.

Pd2: no llegué a ver a Libido, me regresé depre a mi casa.

Pd3: comeré para mitigar mis penas.
-