Maldita bruja

Una vez que salió Dooms por la puerta, su madre se acercó me quito a Lea de los brazos y se lo dió a su madre. 

-Mira Yeison, lo que tu y mi hijo hagan en su intimidad a mi ya no me importa, si quieren irse al infierno, es cosa suya, pero te prohíbo ese tipo de escenas frente a mi nieto.

Me quedé mudo, Dooms solo se despidió de mi con un beso, pequeño y rápido, un piquito como quien dice chau, te veo más tarde. Yo tenía en brazos a Lea, le dió un beso en la mejilla a él, y se fue.

Suegra sigue hablando, su ímpetu y sus ofensas prosiguen. Yolanda, la madre de Lea, que esta cerca, quiere interrumpir a la señora.

-mira mamita, contigo no tengo problemas así que por que no cargas a tu hijo y lo sacas de aquí para que no escuche lo que tengo que decirle a este señorito.- la interrumpió antes de que pudiera decir algo en mi defensa.

Yolanda hace lo que le dijo y sale de la habitación.

-señora sabe que, ya basta, me tiene harto con sus indiferencias, y su malagracia. No le voy a permitir… empiezo a decir

-tu no te atrevas a decirme que me vas a permitir o no, esta es MI casa y te hablo como me de la gana, ¿me entiendes? Y no seas insolente cholito que no…

Ella siguió hablando, y yo preferí seguir callado, seria peor si le contesto, o quizás si debía hacerlo y ponerla en su lugar. Me dijo desde arribista, de que lo mio con su hijo no duraría, que somos un mal ejemplo para su nieto, que moriré de Sida, que me iré al infierno, que soy el diablo que entró a corroer su familia, mientras ella seguía hablando, solo atiné a coger mi morral guardar mi laptop, y salir de esa casa.

Caminé hasta la esquina y tomé el primer taxi que pasaba por ahí. Sentado en la parte de atrás me puse a llorar, no podía evitarlo, no quería, pero había mucho contenido en mi. Me sentí tan tonto, tan mal.  Dooms llamó, Yolanda le había contado todo. 

-No pienso regresar, ni ver a tu madre nunca más.

-Yo hablaré con ella- me dijo él- ¿Dónde estas?

-En un taxi, por Miraflores.

-Baja, ahora voy a verte.-me dijo

-No. Mejor me voy a casa.-contesté. No me sentía bien. No quería llorar delante de él.

No puede ser que me sigan hiriendo las palabras de una estúpida homofóbica. No puede ser que no haya podido reaccionar y defenderme mejor. Es la peor discusión que hemos tenido. Y ahora como nunca me dejó calladito, sin decir nada. Esto no puede seguir asi. Debo evitar ver a esa mujer.

pd: siempre me cambia de nombre, por nombres horribles con Y u otros.

pd2: esto pasó la semana pasada