Un beso incómodo de madrugada

Él me besó. Yo no hice nada. Sentados en su cuarto luego de una noche conversando y tomando por su cumpleaños, se me acercó y me dió un beso. De esos fugaces y sin lengua. Un beso suavecito como quien pide permiso. Un beso casto y casi de quinceañera pudorosa, beso al fin y al cabo.

Me besó y no supe cómo reaccionar. Debo decir que es un beso que solo después me supo a traición, pero que en ese momento me pareció re-tierno. Cuando uno besa y no es correspondido se es tan vulnerable, se requiere mucho valor para dar un beso sin saber cómo reaccionará la persona besada, y eso lo sé. Por eso trate de no ser violento, ni muy ofensivo.

Él me mira, me pide disculpas, y yo le digo que tengo pareja, pensando que esa excusa es menos ofensiva que decirle que no pasa nada, que no me gusta, que solo lo quiero como amigo. A veces una mentira o una excusa benévola, es mejor llevada que un rechazo acérrimo.
Lo mareado que estaba, ayuda a esta confusión de actitudes, de ¿sentimientos?, no sé. Me toma de la mano y sin decirme nada quiere volverme a besar, pero no lo dejo, me levanto, le digo que me voy.

Logro pasar por la sala, llena de sus amigos, tengo sueño, estoy medio mareado, pero lo peor sería quedarme ahí. Tomo un taxi hasta mi casa, son las 3 de la mañana, me voy pensando que será bien jodido tener que verlo mañana en la universidad.