simulacro de bomba

El timbre sonaba; todos debíamos tirarnos al piso y abrir la boca en el menor tiempo posible.

Una y otra vez, hasta que saliera perfecto, y luego salir al patio corriendo y alejándonos de las ventanas.

Practicábamos una y otra vez, y si bien era divertido pues no teníamos clases (¡¡yeeee!!)

me parecía, por lo menos en ese entonces, algo tonto.

Mientras que todos los colegios hacían simulacros de temblores, nosotros hacíamos simulacros contra explosiones.

Era lo normal, vivir la secundaria en medio de la época del terrorismo era pan de todos los días, se volaban torres, desaparecidos en provincias, apagones, escasez de alimentos, etc.

Pero lo diferente era que mi colegio era de hijos de militares y ya habíamos tenido varias amenazas de secuestrar o volar una de las movilidades que recogían a los niños al colegio, y luego de que hubo un extraño paquete que habían tirado hacia el colegio, se alerto todo el mundo y al final las movilidades se cancelaron en lo que quedaba del año.

Y esas mañanas tirado boca abajo con la boca abierta fueron cruelmente venidas a mi memoria cuando una madrugada desperté sobresaltado con un tremendo sacudón, que bien parecía un fuerte temblor, mi hermana y yo nos juntamos con obvio temor, a la luz de una vela nos volvimos acostar.

Al día siguiente supimos que una comisaría cerca de casa había sido volada por un coche bomba, de paso se derrumbaron la iglesia que estaba al lado , ¿no recuerdo bien cual fue primero?: el atentado a la comisaría de Carmen de la Legua o el atentado en Tarata.

Cuando los terroristas hacían de las suyas en provincia, aquí en la capital poca repercusión tenia, pero bastó el atentado en Tarata en pleno corazón de Miraflores, uno de los distritos mas pudientes de Lima para que pasara a ser prioridad.

Sendero luminoso estaba en Lima y no se iría fácilmente, fue mas o menos esas fechas en que Lima se hizo mas peligrosa que de costumbre.

Ahora que lo recuerdo se hacia cotidiano hacer los deberes de la escuela a la luz de las velas esperando que llegue la luz.

El recuerdo del terrorismo en mi vida esta ligado a esos días por la mañana tirado en el piso relajando los músculos y con la boca abierta para evitar que la onda expansiva de una supuesta bomba nos hiciera mucho mas daño de lo que debiera, a las charlas para no hablar con extraños y cambiar nuestras rutas habituales al regresar a casa.

Pero lo que mas me jodía de chibolo, (y mira que inconciente somos de niños) es que no podíamos mandarnos hacer casacas jean con el logo de la promoción en la espalda como lo hacían otros colegios.

Ni el uniforme de física del colegio podíamos usar fuera de nuestro querido y amado Liceo naval.

pd1:la foto de la calle Tarata el 16 de julio de 1992 tomada por Carlos Dominguez, 22 muertos mas de cien heridos

pd2: simbolo de Sendero Luminoso, la hoz y el martillo

pd3: estudie en un Liceo naval, como muchos otros hijos de militares navales, de ahi que no pudieramos tener un uniforme representativo