Juan Carlos ha venido a molestarme, con la única finalidad
de presumir su bronceado cuerpo y sacarme de mi letargo y enclaustrado refugio
hogareño.
Juan Carlos solo quiere verme sonreír y en su intento me
canta canciones hipsters de Lana del Rey que desconozco y en sus lentes grandes
de carey, típico y tan a la moda, con su pantalón pitillo que revela sus buenas
piernas, detrás de todo lo producido que intenta estar (¿para impresionarme?)
se deja ver alguien tierno y con miedo al rechazo.
-Benjamín por favor vamos- insiste.
Y realmente obtener la atención de alguien así es
chévere. Juan Carlos es un poco más alto que yo. Sabe que tengo un blog, pero
piensa que es el de cine (uno de los que tengo) y yo no se lo he desmentido.
Juan Carlos está interesado en mí, ya me ha quedado claro. Pero yo lo que
quiero es no meter la pata tan rápido como la última vez (que cojudo fui por
Dios) y esta vez me hago el interesante.
Con Ricardo hablaba de mi teoría de las cinco citas en el post de hace unos días. Al final me hizo ver sus conclusiones.
Les explico.
1.-Tengo por regla no tener sexo con alguien a menos que
hayan pasado por lo menos cinco citas o por lo menos un mes de estar saliendo. Esto
trasladado al mundo gay es un tiempo prudencial en el que puedes conocer a la
persona que te interesa. Pero esto se aplica cuando crees que esa persona vale
la pena para una relación a largo plazo.
2.-Hay dos tipos de personas con las que puedes salir. Las
que sirven para pasar el rato, ir a una disco, follar un rato, chapar en el
cine, lo que quieras (en heterosexuales son esas chicas que uno se levanta pero
a la que nunca tomaras en serio como novia)
Y la otra, es esa persona con la que eres afín, te llevas
bien, tienen citas, y luego de un tiempo recién le das un beso, y claro, después
de cierto "click" tienen relaciones. O sea, alguien especial.
3.- ¿Qué pasa si tu sales con un chico que crees que es
especial y él cree que eres del tipo descartable?, ese fácil que solo sirve
para un choque y fuga.
Pues el “chico fácil” al pensar que el chico con quien
sale es especial espera por lo menos la regla de las cinco citas antes de abalanzarse
hacia él.
Pero el otro al no tener respuesta del chico fácil, del
que espera solo sexo, pues se aburrirá de esperar esas cinco citas, porque es
que nunca lo verá como alguien especial.
Solo lo busco para una cosa y no como pareja.
Solo lo busco para una cosa y no como pareja.
Conclusión: pues terminan en nada.
Ricardo me ha hecho ver que yo soy “el chico fácil”; me he encargado de propagar que el sexo sin compromiso no solo es bueno, sino
saludable y una gran forma de alivio de problemas, desde sentimentales, de
rutina, etc. En estos cuatro años de blogger me he dado cuenta, que soy al que
siempre buscaran solo para pasarla y no para estar.
Siempre lo dije, yo nunca busque pareja, nunca busque un príncipe
azul, yo estaba muy bien seduciendo hombres que llevan vidas heterosexuales y
que solo me buscaban para estar sin compromiso y sin ataduras, así yo estaba
bien. Eso es lo que quería.
Pero claro conocí a Dooms, y fue diferente, pero al
ya no estar con él, fui otra vez “El chico fácil”, ese que se ha encargado de
dar una imagen frívola, ese que se chapa con todos (si; porque he vuelto a
besar a alguien más, solo que no les he contado) porque si, por que un beso es
como un saludo, porque “un beso no se le niega a nadie” (si, eso escribí alguna
vez).
No solo soy el chico malo de la película, sino que soy al
que nunca tomaran en serio, el hombre al que solo buscan para algo de sexo al
paso y yo te llamo luego, al que usan un toque, y después si tienen ganas te
pasan la voz otra vez.
Pero es que yo ya no quiero eso. O bueno si, pero recién me
he dado cuenta que me puede afectar de alguna manera. Cuando tuve un affaire
con el blogger, yo sabía que no tenía esperanzas de nada, pero ahora no debo
estar con la guardia baja para que me afecte otra vez.
A mi me hacen daño una
vez, no dos.
A mi me pueden mentir una vez, luego ya no confiaré en ti.
A mí me agarran de cojudo una vez, no dos.